“Descubrir la verdad, el poder del corazón frente al mundo digital”,
así canta la canción de presentación de Digimón.
En una feria americana encontré una remera naranja con unos dibujos que me gustaron. Me la compré por cinco pesos. Luciéndola me enteré, mediante el comentario de otras personas, que el dibujo se trata de unos personajes de la serie de Digimon.
“Son como los Pókemon, pero digitales” me contaron. A los Pokemon los conocía, quien conviva con niños o niñas recordará seguramente ese tierno y amarillo ser llamado Pikachu, ya sea por posters, pantuflas o muñequitos de todos los tamaños.
¿Pókemon digital que querrá significar? ¿Qué vienen en otro formato?
Sensible a la palabra digital desde que transito esta Diplomatura, decidí investigar sobre Digimon.
La historia trata de unos niños que se encuentran en la Isla File del Digimundo y en su segunda aventura se dirigen al Continente Servidor (Server) Como muchas series de este tipo los personajes sufren evoluciones, que incluyen una “errónea, tipo virus”. En una de sus películas narra como un virus informático se extiende por Internet infectando todas las computadoras del mundo, activando misiles nucleares. Estos niños son transportados al Internet para salvar al planeta. Todos los personajes llevan herramientas tecnológicas (celulares, etc)
Una de las búsquedas de quien educa para generar un aprendizaje significativo en quien aprende es creando un interés por el contenido de lo que se quiere enseñar.
Conocer el consumo cultural de los estudiantes, nos facilitan algunas claves para estimular este interés.
Digimon es una ficción construida alrededor de las nuevas tecnologías. Elementos ya tan cotidianos que podemos jugar a crear historias con ellos.
A veces cuando se pone en duda el uso de nuevas tecnologías como recurso educativo, se recuerda la pobreza y la dificultad del acceso de algunos grupos humanos a estas herramientas. Sabemos que los celulares y la televisión están presentes en prácticamente todos los hogares urbanos. Afirmo, sin más documentos que avalen mi argumento que la observación, que en los grandes centros urbanos ciertas formas de TICs son accesibles a todos los sectores, a excepción de grupos completamente marginales. Aquí la problemática es más compleja, pero incluso tenemos en Buenos Aires cibers para chicos en situación de calle.
Digimon, a través de la TV y todo su merchandising, está inserto en el mundo de nuestros infantes. Con ellos se familiarizan con File, Server y otras palabras del “mundo digital”
Traigo a cuenta esta historia para demostrar una vez más la inmediata necesidad de contemplar las nuevas tecnologías en las instituciones educativas, sino corremos el riesgo de aumentar la brecha entre escuela y cultura infantil, generando en los estudiantes un extrañamiento que los aleja, a pesar de las políticas de inclusión y que incluso puede ser generador de violencia.
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